PARÍS – Si bien el auge de la IA podría revolucionar numerosos sectores y generar oportunidades económicas sin precedentes, su intensidad energética ha suscitado serias preocupaciones ambientales. En respuesta, las empresas tecnológicas promueven prácticas de IA frugales y apoyan la investigación centrada en la reducción del consumo de energía. Pero este enfoque se queda corto a la hora de abordar las causas profundas de la creciente demanda de energía de la industria.
PARÍS – Si bien el auge de la IA podría revolucionar numerosos sectores y generar oportunidades económicas sin precedentes, su intensidad energética ha suscitado serias preocupaciones ambientales. En respuesta, las empresas tecnológicas promueven prácticas de IA frugales y apoyan la investigación centrada en la reducción del consumo de energía. Pero este enfoque se queda corto a la hora de abordar las causas profundas de la creciente demanda de energía de la industria.