BERKELEY – Durante más de 170 años, se aceptó la doctrina de que no debe confiarse en los mercados cuando existe una restricción de liquidez. Cuando caen los precios de los activos, incluso los que son seguros, y suben las tasas de interés a niveles estratosféricos porque operadores y financistas en conjunto quieren más activos líquidos de los que existen actualmente, sencillamente no es seguro dejar las cosas en manos del mercado.
BERKELEY – Durante más de 170 años, se aceptó la doctrina de que no debe confiarse en los mercados cuando existe una restricción de liquidez. Cuando caen los precios de los activos, incluso los que son seguros, y suben las tasas de interés a niveles estratosféricos porque operadores y financistas en conjunto quieren más activos líquidos de los que existen actualmente, sencillamente no es seguro dejar las cosas en manos del mercado.