GINEBRA – La victoria de Emmanuel Macron en la elección presidencial francesa es la señal más certera de que, después de una serie de crisis y contratiempos, Europa puede estar recuperando cierta dosis de confianza en sí misma. Pero una confianza recuperada no debe conducir a una complacencia renovada.
GINEBRA – La victoria de Emmanuel Macron en la elección presidencial francesa es la señal más certera de que, después de una serie de crisis y contratiempos, Europa puede estar recuperando cierta dosis de confianza en sí misma. Pero una confianza recuperada no debe conducir a una complacencia renovada.