CAMBRIDGE – Últimamente, parece haber surgido un consenso en las élites empresariales y políticas del mundo respecto de cómo encarar la reacción antiglobalizadora que populistas como Donald Trump han sabido explotar tan bien. Afirmar confiadamente que la globalización beneficia a todos es ya cosa del pasado; ahora las élites admiten que la globalización genera ganadores y perdedores. Pero la respuesta correcta no es detenerla o revertirla, sino compensar a los segundos.
CAMBRIDGE – Últimamente, parece haber surgido un consenso en las élites empresariales y políticas del mundo respecto de cómo encarar la reacción antiglobalizadora que populistas como Donald Trump han sabido explotar tan bien. Afirmar confiadamente que la globalización beneficia a todos es ya cosa del pasado; ahora las élites admiten que la globalización genera ganadores y perdedores. Pero la respuesta correcta no es detenerla o revertirla, sino compensar a los segundos.