BERLÍN – El contraste entre la economía francesa y la economía alemana pocas veces ha parecido tan marcado. Mientras que Francia, sorprendentemente, sigue gozando de un crecimiento sólido y resulta cada vez más atractiva tanto para los inversores extranjeros como para los domésticos, Alemania experimenta dificultades -a pesar de que está lejos de ser el hombre enfermo de Europa- debido a una crisis política severa que ha creado un clima sombrío respecto de su perspectiva económica, y que pesa profundamente en el sentimiento económico.
BERLÍN – El contraste entre la economía francesa y la economía alemana pocas veces ha parecido tan marcado. Mientras que Francia, sorprendentemente, sigue gozando de un crecimiento sólido y resulta cada vez más atractiva tanto para los inversores extranjeros como para los domésticos, Alemania experimenta dificultades -a pesar de que está lejos de ser el hombre enfermo de Europa- debido a una crisis política severa que ha creado un clima sombrío respecto de su perspectiva económica, y que pesa profundamente en el sentimiento económico.