BRUSELAS – Cuando el virus COVID-19 se globalizó hace aproximadamente un año, estaba aún fresco el recuerdo de la crisis financiera mundial del año 2008, y los responsables de la formulación de políticas sacaron todas las palancas que estaban a su disposición para mantener la estabilidad financiera. La reacción a la crisis anterior, la verdad sea dicha, fue algo lenta y confusa, especialmente en Europa, debido a que nadie hasta ese momento había lidiado con algo así. Pero, el año 2020 la situación fue distinta.
BRUSELAS – Cuando el virus COVID-19 se globalizó hace aproximadamente un año, estaba aún fresco el recuerdo de la crisis financiera mundial del año 2008, y los responsables de la formulación de políticas sacaron todas las palancas que estaban a su disposición para mantener la estabilidad financiera. La reacción a la crisis anterior, la verdad sea dicha, fue algo lenta y confusa, especialmente en Europa, debido a que nadie hasta ese momento había lidiado con algo así. Pero, el año 2020 la situación fue distinta.