Al final del mes pasado, mientras dábamos los últimos toques a la próxima edición de nuestro periódico, Haykakan Zhamanak (“Los tiempos armenios”), oímos una explosión fuera de nuestra oficina. Algunos miembros del personal corrieron y encontraron mi coche en llamas.
Al final del mes pasado, mientras dábamos los últimos toques a la próxima edición de nuestro periódico, Haykakan Zhamanak (“Los tiempos armenios”), oímos una explosión fuera de nuestra oficina. Algunos miembros del personal corrieron y encontraron mi coche en llamas.