WASHINGTON, DC – La década posterior a la crisis financiera mundial ha sido, cuando menos, turbulenta. Es cierto, no ha estallado una gran guerra, y mal que bien hemos evitado los errores que se cometieron durante la Gran Depresión, mismos que, en la década de 1930, llevaron a un mayor proteccionismo, quiebras bancarias, austeridad severa y un entorno deflacionario. Sin embargo, las renovadas tensiones en el mercado indican que estos riesgos no se han erradicado, ni se han disimulado.
WASHINGTON, DC – La década posterior a la crisis financiera mundial ha sido, cuando menos, turbulenta. Es cierto, no ha estallado una gran guerra, y mal que bien hemos evitado los errores que se cometieron durante la Gran Depresión, mismos que, en la década de 1930, llevaron a un mayor proteccionismo, quiebras bancarias, austeridad severa y un entorno deflacionario. Sin embargo, las renovadas tensiones en el mercado indican que estos riesgos no se han erradicado, ni se han disimulado.