CAMBRIDGE – En economía las relaciones empíricas son tan frágiles que hasta hay una “ley” sobre cuando fallan. Como explicó en los ochenta el economista británico Charles Goodhart, “toda regularidad estadística observada tiende a derrumbarse cuando se la somete a presión con fines de control”. Últimamente los bancos centrales de las economías avanzadas, en su lucha por cumplir sus promesas de llevar la inflación a las alturas estables de las metas numéricas, han dado algunos ejemplos más de la validez de la Ley de Goodhart.
CAMBRIDGE – En economía las relaciones empíricas son tan frágiles que hasta hay una “ley” sobre cuando fallan. Como explicó en los ochenta el economista británico Charles Goodhart, “toda regularidad estadística observada tiende a derrumbarse cuando se la somete a presión con fines de control”. Últimamente los bancos centrales de las economías avanzadas, en su lucha por cumplir sus promesas de llevar la inflación a las alturas estables de las metas numéricas, han dado algunos ejemplos más de la validez de la Ley de Goodhart.