NAIROBI – La idea de que la abundancia de petróleo puede ser una maldición es vieja, y casi no hace falta explicarla. Cada tantas décadas, los precios de la energía se van por las nubes y lanzan una carrera en busca de nuevas fuentes de petróleo. En algún momento la oferta supera a la demanda y los precios vuelven a caer. Cuanto más dura y abrupta la caída, mayor el impacto social y geopolítico.
NAIROBI – La idea de que la abundancia de petróleo puede ser una maldición es vieja, y casi no hace falta explicarla. Cada tantas décadas, los precios de la energía se van por las nubes y lanzan una carrera en busca de nuevas fuentes de petróleo. En algún momento la oferta supera a la demanda y los precios vuelven a caer. Cuanto más dura y abrupta la caída, mayor el impacto social y geopolítico.