NEW HAVEN – Al lanzamiento por Corea del Norte de un misil de largo alcance a mediados de diciembre siguió un torbellino de condenas mundiales que resultó casi cómico por lo previsible que era y por su impotencia, pero dicho lanzamiento subrayaba una realidad mayor que no se puede seguir pasando por alto: el mundo ha entrado en una segunda era nuclear. La bomba atómica ha regresado para un segundo acto, un bis posterior a la Guerra Fría. Para poder gestionar ese panorama más amplio, hay que entenderlo.
NEW HAVEN – Al lanzamiento por Corea del Norte de un misil de largo alcance a mediados de diciembre siguió un torbellino de condenas mundiales que resultó casi cómico por lo previsible que era y por su impotencia, pero dicho lanzamiento subrayaba una realidad mayor que no se puede seguir pasando por alto: el mundo ha entrado en una segunda era nuclear. La bomba atómica ha regresado para un segundo acto, un bis posterior a la Guerra Fría. Para poder gestionar ese panorama más amplio, hay que entenderlo.