PARÍS – La situación económica en Europa es verdaderamente desconcertante. La inflación anual en la eurozona ha alcanzado un pico récord de 7,4%. Sin embargo, los bancos siguen prestándose mutuamente a tasas negativas. En abril, la inflación interanual en Estonia estaba cerquísima del 20%, pero era sólo del 5,4% en Malta. La deuda pública como porcentaje del PIB está a niveles sin precedentes, pero los rendimientos de los bonos alemanes se mantienen significativamente por debajo de su promedio de largo plazo, y los diferenciales, aunque en aumento, todavía están contenidos. En todo el continente, los principales indicadores económicos están transmitiendo mensajes confusos.
PARÍS – La situación económica en Europa es verdaderamente desconcertante. La inflación anual en la eurozona ha alcanzado un pico récord de 7,4%. Sin embargo, los bancos siguen prestándose mutuamente a tasas negativas. En abril, la inflación interanual en Estonia estaba cerquísima del 20%, pero era sólo del 5,4% en Malta. La deuda pública como porcentaje del PIB está a niveles sin precedentes, pero los rendimientos de los bonos alemanes se mantienen significativamente por debajo de su promedio de largo plazo, y los diferenciales, aunque en aumento, todavía están contenidos. En todo el continente, los principales indicadores económicos están transmitiendo mensajes confusos.