VIENA – Hace 30 años, en un cementerio ucraniano donde están enterrados mis ancestros rusos, me arrodillé junto a una mujer muy anciana encorvada sobre un bastón, con el cabello cubierto por un pañuelo negro. Detrás de nosotros se erigía la iglesia rusa que mi bisabuelo construyó en su propiedad y donde está enterrado.
VIENA – Hace 30 años, en un cementerio ucraniano donde están enterrados mis ancestros rusos, me arrodillé junto a una mujer muy anciana encorvada sobre un bastón, con el cabello cubierto por un pañuelo negro. Detrás de nosotros se erigía la iglesia rusa que mi bisabuelo construyó en su propiedad y donde está enterrado.