LONDRES – El 30 de septiembre de 2015, en aquellos lejanos días en los que el Reino Unido era un miembro pleno de la Unión Europea, el por entonces comisario europeo Jonathan Hill anunció una nueva iniciativa llamada “unión de mercados de capitales”. Casi 60 años de construcción europea no habían creado todavía nada parecido a un mercado único de inversiones, y en muchos países de la UE los mercados de capitales seguían débiles y subdesarrollados. La iniciativa, según escribió Hill, tenía el loable objetivo de “identificar las barreras contra el flujo transfronterizo de inversiones” y “encontrar el modo de superarlas, paso a paso”.
LONDRES – El 30 de septiembre de 2015, en aquellos lejanos días en los que el Reino Unido era un miembro pleno de la Unión Europea, el por entonces comisario europeo Jonathan Hill anunció una nueva iniciativa llamada “unión de mercados de capitales”. Casi 60 años de construcción europea no habían creado todavía nada parecido a un mercado único de inversiones, y en muchos países de la UE los mercados de capitales seguían débiles y subdesarrollados. La iniciativa, según escribió Hill, tenía el loable objetivo de “identificar las barreras contra el flujo transfronterizo de inversiones” y “encontrar el modo de superarlas, paso a paso”.