BARCELONA – Hace tiempo que han pasado los días en que los banqueros podían pagar un 3% de interés sobre los fondos depositados por sus clientes, prestar al 6% y alcanzar a llegar al campo de golf antes de las 3 p.m. (la regla del “3-6-3”). Si bien algunos banqueros parecen no querer ver las inminentes amenazas a sus negocios, el hecho es que los bancos están en aprietos, a juzgar por sus decepcionantes valoraciones (en términos las proporciones de precio/valor contable) y sus bajas proyecciones de rentabilidad actuales y futuras.
BARCELONA – Hace tiempo que han pasado los días en que los banqueros podían pagar un 3% de interés sobre los fondos depositados por sus clientes, prestar al 6% y alcanzar a llegar al campo de golf antes de las 3 p.m. (la regla del “3-6-3”). Si bien algunos banqueros parecen no querer ver las inminentes amenazas a sus negocios, el hecho es que los bancos están en aprietos, a juzgar por sus decepcionantes valoraciones (en términos las proporciones de precio/valor contable) y sus bajas proyecciones de rentabilidad actuales y futuras.