PARÍS – El Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea, que impone normas fiscales a los estados miembros, es como el vestido nuevo del emperador: casi todos ven que no es verdad, pero pocos lo admiten abiertamente. Este silencio interesado es malo en lo económico y en lo político.
PARÍS – El Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea, que impone normas fiscales a los estados miembros, es como el vestido nuevo del emperador: casi todos ven que no es verdad, pero pocos lo admiten abiertamente. Este silencio interesado es malo en lo económico y en lo político.