La Europa actual muestra una imagen contradictoria. Es la tierra de la paz, la democracia y el Estado de derecho. También es la tierra de la prosperidad: su economía es competitiva, su moneda es fuerte, la inflación es baja y sus estándares de vida se ubican entre los más elevados del mundo. Los europeos gozan de niveles muy altos de protección social, de educación de calidad a bajo costo, de normas ambientales estrictas y de una excelente infraestructura. Además, tiene una diversidad cultural sin igual y una gran belleza natural. Todo eso parece un sueño utópico.
La Europa actual muestra una imagen contradictoria. Es la tierra de la paz, la democracia y el Estado de derecho. También es la tierra de la prosperidad: su economía es competitiva, su moneda es fuerte, la inflación es baja y sus estándares de vida se ubican entre los más elevados del mundo. Los europeos gozan de niveles muy altos de protección social, de educación de calidad a bajo costo, de normas ambientales estrictas y de una excelente infraestructura. Además, tiene una diversidad cultural sin igual y una gran belleza natural. Todo eso parece un sueño utópico.