PARIS – La crisis económica ahora ha alcanzado a ambas orillas del Mediterráneo, y el riesgo de una depresión duradera ha llegado a ser muy real. Las políticas de austeridad en Europa amenazan con ser contraproducentes, causando daño permanente a las perspectivas de crecimiento y por lo tanto, avivando el desempleo y los déficits presupuestarios. Y, los países del sur del Mediterráneo no pueden tener esperanzas de conseguir suplir en América y Asia las oportunidades e inversiones que están perdiendo en Europa, con certeza no en el corto plazo.
PARIS – La crisis económica ahora ha alcanzado a ambas orillas del Mediterráneo, y el riesgo de una depresión duradera ha llegado a ser muy real. Las políticas de austeridad en Europa amenazan con ser contraproducentes, causando daño permanente a las perspectivas de crecimiento y por lo tanto, avivando el desempleo y los déficits presupuestarios. Y, los países del sur del Mediterráneo no pueden tener esperanzas de conseguir suplir en América y Asia las oportunidades e inversiones que están perdiendo en Europa, con certeza no en el corto plazo.