Muchas generaciones de polacos soñaron con el día en que la división de posguerra de Europa terminara. A muchas generaciones de ucranianos también se les privó del derecho a su propio país, idioma y cultura. Lo que unió a los prisioneros políticos de los sesenta, setenta y ochenta fue la fe en que algún día sus países encontrarían un lugar dentro de una Europa unida.
Muchas generaciones de polacos soñaron con el día en que la división de posguerra de Europa terminara. A muchas generaciones de ucranianos también se les privó del derecho a su propio país, idioma y cultura. Lo que unió a los prisioneros políticos de los sesenta, setenta y ochenta fue la fe en que algún día sus países encontrarían un lugar dentro de una Europa unida.