La misión militar de la Unión Europea para asegurar el desarrollo de unas elecciones justas y libres en la República Democrática del Congo (RDC) ha mostrado lo que puede lograr la Política Europea de Seguridad y Defensa (PESD) en África. Un contingente de aproximadamente 2,500 efectivos de 22 países se trasladó a la RDC a mediados de 2003 para apoyar a las tropas de Naciones Unidas y suministró una fuerza de reacción rápida que extinguió el desorden en Kinshasa antes de que pudiera estallar en violencia generalizada. Tres años después, la Operación Artemisa, una misión similar de la UE en la provincia oriental de Ituri, demostró una vez más la determinación de Europa para utilizar su capacidad militar a fin de apuntalar un proceso de paz a largo plazo.
La misión militar de la Unión Europea para asegurar el desarrollo de unas elecciones justas y libres en la República Democrática del Congo (RDC) ha mostrado lo que puede lograr la Política Europea de Seguridad y Defensa (PESD) en África. Un contingente de aproximadamente 2,500 efectivos de 22 países se trasladó a la RDC a mediados de 2003 para apoyar a las tropas de Naciones Unidas y suministró una fuerza de reacción rápida que extinguió el desorden en Kinshasa antes de que pudiera estallar en violencia generalizada. Tres años después, la Operación Artemisa, una misión similar de la UE en la provincia oriental de Ituri, demostró una vez más la determinación de Europa para utilizar su capacidad militar a fin de apuntalar un proceso de paz a largo plazo.