NUEVA YORK – Al inicio de esta primavera, fui en auto hasta un lugar hermoso en la margen sur del Lago de Ginebra. Mi destino era el Hotel Royale en Évian-les-Bains. Fue allí donde, en julio de 1938, 32 países se reunieron para una discusión bochornosa que prácticamente ha quedado borrada de nuestra memoria.
NUEVA YORK – Al inicio de esta primavera, fui en auto hasta un lugar hermoso en la margen sur del Lago de Ginebra. Mi destino era el Hotel Royale en Évian-les-Bains. Fue allí donde, en julio de 1938, 32 países se reunieron para una discusión bochornosa que prácticamente ha quedado borrada de nuestra memoria.