MÚNICH – La crisis energética –especialmente la escasez de gas debido a una pérdida de suministros de Rusia- está hundiendo a Europa en una recesión y causando tensiones sociales y conflictos distributivos. Los gobiernos europeos buscan ansiosamente maneras de apaciguar la situación, pero sólo lo lograrán si cooperan de manera estrecha. El mercado energético transfronterizo debe permanecer abierto y la Unión Europea debería ejercer su poder de mercado cuando les compra gas a terceros países. Pero sin estrategias nacionales de gestión de crisis coordinadas, la respuesta de Europa podría convertirse en una carrera de subsidios contraproducente.
MÚNICH – La crisis energética –especialmente la escasez de gas debido a una pérdida de suministros de Rusia- está hundiendo a Europa en una recesión y causando tensiones sociales y conflictos distributivos. Los gobiernos europeos buscan ansiosamente maneras de apaciguar la situación, pero sólo lo lograrán si cooperan de manera estrecha. El mercado energético transfronterizo debe permanecer abierto y la Unión Europea debería ejercer su poder de mercado cuando les compra gas a terceros países. Pero sin estrategias nacionales de gestión de crisis coordinadas, la respuesta de Europa podría convertirse en una carrera de subsidios contraproducente.