ATENAS – Europa se ha vuelto irreconocible. Los defensores de la unidad europea solían celebrar a la Unión Europea como un proyecto de paz que ofrecía un cosmopolitismo espléndido para enfrentar al nacionalismo -que, como dijo de forma dramática el presidente francés François Mitterrand en 1995, “es igual a la guerra”-. Pero mucho antes de que Rusia invadiera Ucrania, la visión europeísta de un camino pacífico hacia una prosperidad compartida había comenzado a desmoronarse. La invasión de Rusia no hizo más que acelerar la mutación de la UE en algo mucho más desagradable.
ATENAS – Europa se ha vuelto irreconocible. Los defensores de la unidad europea solían celebrar a la Unión Europea como un proyecto de paz que ofrecía un cosmopolitismo espléndido para enfrentar al nacionalismo -que, como dijo de forma dramática el presidente francés François Mitterrand en 1995, “es igual a la guerra”-. Pero mucho antes de que Rusia invadiera Ucrania, la visión europeísta de un camino pacífico hacia una prosperidad compartida había comenzado a desmoronarse. La invasión de Rusia no hizo más que acelerar la mutación de la UE en algo mucho más desagradable.