MADRID – Putin ha situado a Europa ante un escenario que creíamos parte de un pasado irrepetible. Nos encontramos ante la versión más irracional de un presidente ruso cuya política exterior ha ido degenerando desde aquel día a comienzos de este siglo en que George W. Bush le miró a los ojos y dijo encontrar un hombre del que se podía fiar.
MADRID – Putin ha situado a Europa ante un escenario que creíamos parte de un pasado irrepetible. Nos encontramos ante la versión más irracional de un presidente ruso cuya política exterior ha ido degenerando desde aquel día a comienzos de este siglo en que George W. Bush le miró a los ojos y dijo encontrar un hombre del que se podía fiar.