MADRID – La semana pasada, los ministros de asuntos exteriores de la Unión Europea aprobaron (sin grandes anuncios ni deliberaciones) la Estrategia de la UE para la Cooperación en la Región Indopacífica. Es un paso oportuno, muestra de un reconocimiento de la creciente importancia estratégica de la región. Pero como suele suceder con los marcos de acción europeos, el documento ofrece variedad de planes carentes de precisión, principios generales y jerga burocrática. Falta claridad estratégica.
MADRID – La semana pasada, los ministros de asuntos exteriores de la Unión Europea aprobaron (sin grandes anuncios ni deliberaciones) la Estrategia de la UE para la Cooperación en la Región Indopacífica. Es un paso oportuno, muestra de un reconocimiento de la creciente importancia estratégica de la región. Pero como suele suceder con los marcos de acción europeos, el documento ofrece variedad de planes carentes de precisión, principios generales y jerga burocrática. Falta claridad estratégica.