MADRID – Es evidente que las relaciones entre Turquía y Occidente están atravesando un momento extremadamente delicado. La creciente volatilidad de la política exterior turca es un síntoma de la coyuntura internacional, que parece conducirnos marcha atrás hacia un escenario de potencias globales y regionales en permanente fricción. En los últimos tiempos esta tendencia se ha acelerado y, análogamente, el cisma entre Turquía y sus teóricos aliados occidentales se ha ensanchado unos cuantos metros más.
MADRID – Es evidente que las relaciones entre Turquía y Occidente están atravesando un momento extremadamente delicado. La creciente volatilidad de la política exterior turca es un síntoma de la coyuntura internacional, que parece conducirnos marcha atrás hacia un escenario de potencias globales y regionales en permanente fricción. En los últimos tiempos esta tendencia se ha acelerado y, análogamente, el cisma entre Turquía y sus teóricos aliados occidentales se ha ensanchado unos cuantos metros más.