BRUSELAS – La Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos (Ley IRA) tiene en vilo a los socios comerciales de Estados Unidos. Esta ley no sólo es gigantesca, ya que destina unos 369 mil millones de dólares a programas climáticos y de energía limpia, sino que también tiene un componente “compre estadounidense”, el cual ofrece beneficios en efectivo únicamente a quienes compran de fabricantes norteamericanos de automóviles y otorga subvenciones a los productores de energía renovable que cumplan con las normas sobre contenido nacional. Hoy en día muchos países, particularmente en Europa, están sopesando la posibilidad de implementar sus propias políticas industriales verdes. Esta es la respuesta equivocada.
BRUSELAS – La Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos (Ley IRA) tiene en vilo a los socios comerciales de Estados Unidos. Esta ley no sólo es gigantesca, ya que destina unos 369 mil millones de dólares a programas climáticos y de energía limpia, sino que también tiene un componente “compre estadounidense”, el cual ofrece beneficios en efectivo únicamente a quienes compran de fabricantes norteamericanos de automóviles y otorga subvenciones a los productores de energía renovable que cumplan con las normas sobre contenido nacional. Hoy en día muchos países, particularmente en Europa, están sopesando la posibilidad de implementar sus propias políticas industriales verdes. Esta es la respuesta equivocada.