MELBOURNE – Los activistas climáticos han alterado el tenis en Wimbledon, arrojado sopa de tomate al cristal que protege pinturas famosas, rociado polvo anaranjado en Stonehengee interrumpido el tránsito. En respuesta, los gobiernos europeos han tomado medidas enérgicas contra los manifestantes ambientales con detenciones y multas y, en un caso, hasta con una condena a prisión de cinco años por incitar a la desobediencia civil en una llamada de Zoom.
MELBOURNE – Los activistas climáticos han alterado el tenis en Wimbledon, arrojado sopa de tomate al cristal que protege pinturas famosas, rociado polvo anaranjado en Stonehengee interrumpido el tránsito. En respuesta, los gobiernos europeos han tomado medidas enérgicas contra los manifestantes ambientales con detenciones y multas y, en un caso, hasta con una condena a prisión de cinco años por incitar a la desobediencia civil en una llamada de Zoom.