BERLÍN – Hace alrededor de un año, muy pocos apostaban al futuro político del Presidente turco Recep Tayyip Erdogan. Una persistente hiperinflación estaba haciendo estragos en la economía local y el país albergaba a millones de refugiados sirios sin perspectivas realistas de volver a su patria. Después vino el devastador terremoto de febrero último, que causó la muerte de decenas de miles de personas, abrumó por completo a las instituciones locales y puso al descubierto una corrupción endémica.
BERLÍN – Hace alrededor de un año, muy pocos apostaban al futuro político del Presidente turco Recep Tayyip Erdogan. Una persistente hiperinflación estaba haciendo estragos en la economía local y el país albergaba a millones de refugiados sirios sin perspectivas realistas de volver a su patria. Después vino el devastador terremoto de febrero último, que causó la muerte de decenas de miles de personas, abrumó por completo a las instituciones locales y puso al descubierto una corrupción endémica.