NUEVA YORK – La matanza que devastó Siria en los últimos siete años se debe en gran medida a las acciones de Estados Unidos y sus aliados en Medio Oriente. Ahora, frente a un riesgo alarmante de una nueva escalada de combates, es hora de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas intervenga para poner fin al derramamiento de sangre, sobre la base de un nuevo marco acordado por los miembros permanentes del Consejo.
NUEVA YORK – La matanza que devastó Siria en los últimos siete años se debe en gran medida a las acciones de Estados Unidos y sus aliados en Medio Oriente. Ahora, frente a un riesgo alarmante de una nueva escalada de combates, es hora de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas intervenga para poner fin al derramamiento de sangre, sobre la base de un nuevo marco acordado por los miembros permanentes del Consejo.