VIENA – Cuando en 2020 estalló la pandemia de COVID‑19, con el caos y el sufrimiento que creó, yo esperé que al final, de esta tragedia internacional pudiera salir algo bueno. Y por un tiempo pareció posible. La pandemia fue un potente recordatorio de nuestras vulnerabilidades comunes, de nuestra humanidad compartida y de la importancia de la solidaridad que trasciende diferencias y fronteras.
VIENA – Cuando en 2020 estalló la pandemia de COVID‑19, con el caos y el sufrimiento que creó, yo esperé que al final, de esta tragedia internacional pudiera salir algo bueno. Y por un tiempo pareció posible. La pandemia fue un potente recordatorio de nuestras vulnerabilidades comunes, de nuestra humanidad compartida y de la importancia de la solidaridad que trasciende diferencias y fronteras.