SANTIAGO – Consideremos el siguiente escenario, que se ha repetido una y otra vez en los países con mercados emergentes. Bancos y empresas de una nación obtienen gran número de préstamos y acumulan una creciente deuda denominada en dólares - la que los expertos califican de sustentable en la medida en que la moneda local permanezca fuerte. De pronto, algo (un aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, una baja en los precios de las materias primas, un conflicto político interno) hace que la moneda local pierda valor contra el dólar. La carga de la deuda, medida en moneda local, ahora es mucho más alta. Algunos prestatarios dejan de pagar los intereses adeudados, otros no logran renovar los préstamos que vencen. La consecuencia pronta es el caos financiero.
SANTIAGO – Consideremos el siguiente escenario, que se ha repetido una y otra vez en los países con mercados emergentes. Bancos y empresas de una nación obtienen gran número de préstamos y acumulan una creciente deuda denominada en dólares - la que los expertos califican de sustentable en la medida en que la moneda local permanezca fuerte. De pronto, algo (un aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, una baja en los precios de las materias primas, un conflicto político interno) hace que la moneda local pierda valor contra el dólar. La carga de la deuda, medida en moneda local, ahora es mucho más alta. Algunos prestatarios dejan de pagar los intereses adeudados, otros no logran renovar los préstamos que vencen. La consecuencia pronta es el caos financiero.