BERKELEY – Para EE. UU. y el mundo, Tesla es una empresa creadora de tecnologías históricamente importante: la vanguardia de la transición para abandonar los vehículos de combustión interna; para los accionistas que han invertido en ella desde hace mucho es una empresa con potencial para generar beneficios sostenibles; para sus proveedores, empleados y clientes es una fuente de ingresos y producción; y para los especuladores de Wall Street es la bola que rebota en la rueda de la ruleta: una apuesta en el casino de las burbujas tecnológicas.
BERKELEY – Para EE. UU. y el mundo, Tesla es una empresa creadora de tecnologías históricamente importante: la vanguardia de la transición para abandonar los vehículos de combustión interna; para los accionistas que han invertido en ella desde hace mucho es una empresa con potencial para generar beneficios sostenibles; para sus proveedores, empleados y clientes es una fuente de ingresos y producción; y para los especuladores de Wall Street es la bola que rebota en la rueda de la ruleta: una apuesta en el casino de las burbujas tecnológicas.