CHICAGO – La guerra es terrorífica, no importa cómo se la libre. De todos modos, es indudable que había que rechazar el ataque no provocado de Rusia a Ucrania, con sus escenas de civiles ucranianos asesinados o desplazados de sus hogares. Además de darle armas militares a Ucrania, los gobiernos de todo el mundo han desplegado armas económicas contra Rusia. Si bien Rusia, un actor económico pequeño en relación a su poder militar, todavía puede atacar expandiendo el rango de armas militares que utiliza y los territorios a los que apunta, es un riesgo que el mundo tenía que correr.
CHICAGO – La guerra es terrorífica, no importa cómo se la libre. De todos modos, es indudable que había que rechazar el ataque no provocado de Rusia a Ucrania, con sus escenas de civiles ucranianos asesinados o desplazados de sus hogares. Además de darle armas militares a Ucrania, los gobiernos de todo el mundo han desplegado armas económicas contra Rusia. Si bien Rusia, un actor económico pequeño en relación a su poder militar, todavía puede atacar expandiendo el rango de armas militares que utiliza y los territorios a los que apunta, es un riesgo que el mundo tenía que correr.