BEIJING – A lo largo de todo el décimo octavo congreso del Partido Comunista Chino, recién concluido, pantallas de televisión omnipresentes en trenes y estaciones de metro transmitieron en directo las sesiones de la asamblea china. Sin embargo, la atareada población de Beijing no parecía prestar demasiada atención: para ella, no tenía nada de particular.
BEIJING – A lo largo de todo el décimo octavo congreso del Partido Comunista Chino, recién concluido, pantallas de televisión omnipresentes en trenes y estaciones de metro transmitieron en directo las sesiones de la asamblea china. Sin embargo, la atareada población de Beijing no parecía prestar demasiada atención: para ella, no tenía nada de particular.