PRINCETON – Mientras Egipto tiembla al borde de la guerra civil, con niveles alarmantes de violencia y endurecimiento de las divisiones en todos los bandos, resulta difícil encontrar un punto de verdad brillante en parte alguna de Oriente Medio o en el África septentrional. La agonía de Siria continúa sin cesar; los ataques sectarios en el Iraq están haciéndose más frecuentes y mortíferos; la frágil paz del Líbano está deshilachándose; Jordania está inundada de refugiados; las milicias de Libia campan por sus respetos y distorsionan su política; Túnez afronta una crisis política; y la estrella de Turquía como encarnación de la democracia islámica está apagándose.
PRINCETON – Mientras Egipto tiembla al borde de la guerra civil, con niveles alarmantes de violencia y endurecimiento de las divisiones en todos los bandos, resulta difícil encontrar un punto de verdad brillante en parte alguna de Oriente Medio o en el África septentrional. La agonía de Siria continúa sin cesar; los ataques sectarios en el Iraq están haciéndose más frecuentes y mortíferos; la frágil paz del Líbano está deshilachándose; Jordania está inundada de refugiados; las milicias de Libia campan por sus respetos y distorsionan su política; Túnez afronta una crisis política; y la estrella de Turquía como encarnación de la democracia islámica está apagándose.