La ética de la lucha contra el ébola

PRINCETON – Al final podría ser una suerte que un puñado de personas de los países desarrollados –cuatro en los Estados Unidos y una en España– haya contraído el ébola. Por trágico que fuera para Thomas Duncan, el único de esos pacientes que ha muerto, si todos los más de 13.000 casos y casi 5.000 muertes hubieran ocurrido en África, el ébola nunca habría despertado ni mucho menos tanta atención en los países ricos.

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