NUEVA YORK – Antes de que Thomas Eric Duncan llevara el ebola a los Estados Unidos, se veía ampliamente a la enfermedad como una pestilencia exótica que atañía sobre todo a la empobrecida África occidental, y a aquellos que se atrevían a ir de voluntarios a ese lugar. Asimismo, la transmisión de la enfermedad a dos enfermeras que atendían a Duncan –debido tal vez a numerosas faltas al protocolo médico– se sigue muy de cerca para ver la preparación de los Estados Unidos ante un posible brote. Incluso el presidente, Barack Obama, anunció la semana pasada el nombramiento de un “zar del ebola” a fin de manejar la detección, aislamiento y control del virus en dicho país.
NUEVA YORK – Antes de que Thomas Eric Duncan llevara el ebola a los Estados Unidos, se veía ampliamente a la enfermedad como una pestilencia exótica que atañía sobre todo a la empobrecida África occidental, y a aquellos que se atrevían a ir de voluntarios a ese lugar. Asimismo, la transmisión de la enfermedad a dos enfermeras que atendían a Duncan –debido tal vez a numerosas faltas al protocolo médico– se sigue muy de cerca para ver la preparación de los Estados Unidos ante un posible brote. Incluso el presidente, Barack Obama, anunció la semana pasada el nombramiento de un “zar del ebola” a fin de manejar la detección, aislamiento y control del virus en dicho país.