MADRID – La Unión Europea es un logro destacable de la política moderna. Sobre una base de valores compartidos, creó un espacio de paz, progreso y libertad que permitió dejar atrás enemistades nacionales enraizadas en décadas, o siglos, de conflicto. Pero el abismo político que se está abriendo entre los miembros orientales de la UE y los occidentales, junto con el resurgimiento del nacionalismo en todo el continente, enfrenta esos valores (y con ellos, el futuro de la integración europea) a la prueba más dura de su historia.
MADRID – La Unión Europea es un logro destacable de la política moderna. Sobre una base de valores compartidos, creó un espacio de paz, progreso y libertad que permitió dejar atrás enemistades nacionales enraizadas en décadas, o siglos, de conflicto. Pero el abismo político que se está abriendo entre los miembros orientales de la UE y los occidentales, junto con el resurgimiento del nacionalismo en todo el continente, enfrenta esos valores (y con ellos, el futuro de la integración europea) a la prueba más dura de su historia.