WASHINGTON, DC – Cuando la Unión Soviética puso el Sputnik en órbita en 1957, los responsables de las políticas occidentales, en Estados Unidos y otras partes, entraron en shock al darse cuenta de que habían quedado muy rezagados respecto de su archirrival. Al haber quedado fuera de guardia, rápidamente movilizaron un esfuerzo arrollador destinado a recuperar terreno y, en el proceso, sentaron las bases para el GPS, los servicios de banda ancha de Starlink, las comunicaciones militares y muchas otras tecnologías que mantienen zumbando al mundo moderno de hoy.
WASHINGTON, DC – Cuando la Unión Soviética puso el Sputnik en órbita en 1957, los responsables de las políticas occidentales, en Estados Unidos y otras partes, entraron en shock al darse cuenta de que habían quedado muy rezagados respecto de su archirrival. Al haber quedado fuera de guardia, rápidamente movilizaron un esfuerzo arrollador destinado a recuperar terreno y, en el proceso, sentaron las bases para el GPS, los servicios de banda ancha de Starlink, las comunicaciones militares y muchas otras tecnologías que mantienen zumbando al mundo moderno de hoy.