LONDRES – En todas las economías emergentes, los beneficios de un "dividendo demográfico" se han convertido en un estribillo familiar. Políticos y líderes empresarios por igual -ya sea en la India, Nigeria, Pakistán o Tanzania- hablan elogiosamente de cómo una población de rápido crecimiento y joven creará enormes oportunidades de inversión y alimentará un rápido crecimiento económico. Pero la realidad es que, en muchas economías emergentes, el rápido crecimiento de la población plantea una amenaza importante para el desarrollo económico, y el progreso tecnológico hará que la amenaza sea un mayor.
LONDRES – En todas las economías emergentes, los beneficios de un "dividendo demográfico" se han convertido en un estribillo familiar. Políticos y líderes empresarios por igual -ya sea en la India, Nigeria, Pakistán o Tanzania- hablan elogiosamente de cómo una población de rápido crecimiento y joven creará enormes oportunidades de inversión y alimentará un rápido crecimiento económico. Pero la realidad es que, en muchas economías emergentes, el rápido crecimiento de la población plantea una amenaza importante para el desarrollo económico, y el progreso tecnológico hará que la amenaza sea un mayor.