LONDRES – En todas las principales economías, el llamado acertijo de la productividad sigue desconcertando a los economistas y a los responsables de las políticas: la producción por hora es significativamente más baja de lo que habría sido si la tendencia de crecimiento previa a 2008 hubiera continuado. Las cifras son duras, particularmente en el Reino Unido, pero también en toda la OCDE. Y si bien huelga decir que los economistas tienen muchas explicaciones ingeniosas que ofrecer, ninguna todavía ha demostrado ser lo suficientemente persuasiva para generar consenso.
LONDRES – En todas las principales economías, el llamado acertijo de la productividad sigue desconcertando a los economistas y a los responsables de las políticas: la producción por hora es significativamente más baja de lo que habría sido si la tendencia de crecimiento previa a 2008 hubiera continuado. Las cifras son duras, particularmente en el Reino Unido, pero también en toda la OCDE. Y si bien huelga decir que los economistas tienen muchas explicaciones ingeniosas que ofrecer, ninguna todavía ha demostrado ser lo suficientemente persuasiva para generar consenso.