NUEVA YORK – A pesar de los indicadores positivos, la economía global sigue plagada de riesgos. Y como prácticamente cada uno de esos riesgos surge de desafíos estructurales, mitigarlos exigirá que los líderes piensen en el largo plazo. Desafortunadamente, no es algo que se vea demasiado hoy en día, particularmente en las democracias del mundo.
NUEVA YORK – A pesar de los indicadores positivos, la economía global sigue plagada de riesgos. Y como prácticamente cada uno de esos riesgos surge de desafíos estructurales, mitigarlos exigirá que los líderes piensen en el largo plazo. Desafortunadamente, no es algo que se vea demasiado hoy en día, particularmente en las democracias del mundo.