CHICAGO – En medio de la creciente preocupación por el cambio climático y el malestar social, los inversores institucionales cada vez más aplican criterios ambientales, sociales y de gobernanza en sus decisiones de cartera. Sin embargo, si bien es importante que los inversores consideren los factores ESG, el nuevo foco amenaza con eclipsar una cuestión mucho más relevante: el papel que juegan las corporaciones en el proceso democrático.
CHICAGO – En medio de la creciente preocupación por el cambio climático y el malestar social, los inversores institucionales cada vez más aplican criterios ambientales, sociales y de gobernanza en sus decisiones de cartera. Sin embargo, si bien es importante que los inversores consideren los factores ESG, el nuevo foco amenaza con eclipsar una cuestión mucho más relevante: el papel que juegan las corporaciones en el proceso democrático.