LONDRES – Hemos tardado demasiado en reconocer (por no hablar de resistir) el riesgo que plantea el ataque a las democracias liberales por parte del régimen matoneril post‑KGB del presidente ruso Vladimir Putin y de la versión china de leninismo agresivo (económicamente más exitosa).
LONDRES – Hemos tardado demasiado en reconocer (por no hablar de resistir) el riesgo que plantea el ataque a las democracias liberales por parte del régimen matoneril post‑KGB del presidente ruso Vladimir Putin y de la versión china de leninismo agresivo (económicamente más exitosa).