BRUSELAS – A juzgar por los titulares, uno podría tener la impresión de que los 400 millones de ciudadanos con derecho a participar en las últimas elecciones al Parlamento Europeo votaron masivamente en contra de la Unión Europea. Es cierto que los partidos que van contra el sistema establecido, en su mayoría euroescépticos, ganaron alrededor de una quinta parte de los votos. Sin embargo, caracterizar el resultado electoral como un rechazo de Europa no representa una evaluación muy precisa (o justa).
BRUSELAS – A juzgar por los titulares, uno podría tener la impresión de que los 400 millones de ciudadanos con derecho a participar en las últimas elecciones al Parlamento Europeo votaron masivamente en contra de la Unión Europea. Es cierto que los partidos que van contra el sistema establecido, en su mayoría euroescépticos, ganaron alrededor de una quinta parte de los votos. Sin embargo, caracterizar el resultado electoral como un rechazo de Europa no representa una evaluación muy precisa (o justa).