PRINCETON – Según muchos indicadores, el mundo nunca fue tan democrático como ahora. Casi todos los gobiernos se ocupan de la democracia y los derechos humanos, como mínimo, de la boca para afuera. Si bien las elecciones pueden no ser libres y justas, la manipulación electoral masiva es infrecuente y hace ya mucho han pasado aquellos días en que solo los hombres, los blancos o los ricos podían votar. Las encuestas mundiales de Freedom House muestran un continuo aumento de la proporción de países «libres» desde la década de 1970 –una tendencia que el difunto politólogo de Harvard, Samuel Huntington apodó la «tercera ola» de democratización.
PRINCETON – Según muchos indicadores, el mundo nunca fue tan democrático como ahora. Casi todos los gobiernos se ocupan de la democracia y los derechos humanos, como mínimo, de la boca para afuera. Si bien las elecciones pueden no ser libres y justas, la manipulación electoral masiva es infrecuente y hace ya mucho han pasado aquellos días en que solo los hombres, los blancos o los ricos podían votar. Las encuestas mundiales de Freedom House muestran un continuo aumento de la proporción de países «libres» desde la década de 1970 –una tendencia que el difunto politólogo de Harvard, Samuel Huntington apodó la «tercera ola» de democratización.