LONDRES – Hace poco me ofrecieron crear mi propia «empresa de adquisiciones con fines específicos» (SPAC, por su sigla en inglés), que me permitiría recibir fondos de inversores con la expectativa de que en algún momento comprara una empresa prometedora que prefiriera evitar una oferta pública inicial. Mientras me imaginaba en este rol, pensé que estaría todavía más a la moda si además me lanzara al floreciente campo de las criptomonedas. Hubo muchos titulares sobre la obtención rápida de grandes ganancias, ¿por qué, entonces, no lanzarme a la acción?
LONDRES – Hace poco me ofrecieron crear mi propia «empresa de adquisiciones con fines específicos» (SPAC, por su sigla en inglés), que me permitiría recibir fondos de inversores con la expectativa de que en algún momento comprara una empresa prometedora que prefiriera evitar una oferta pública inicial. Mientras me imaginaba en este rol, pensé que estaría todavía más a la moda si además me lanzara al floreciente campo de las criptomonedas. Hubo muchos titulares sobre la obtención rápida de grandes ganancias, ¿por qué, entonces, no lanzarme a la acción?