BRUSELAS – Durante más de dos años la COVID-19 se llevó vidas, destruyó sustentos, perturbó las rutinas diarias y dominó la discusión política en todo el mundo. Ahora que la fase aguda de la pandemia llega a su fin, debemos evaluar qué nos reveló sobre la capacidad de los sistemas democráticos para responder ante ese tipo de emergencias.
BRUSELAS – Durante más de dos años la COVID-19 se llevó vidas, destruyó sustentos, perturbó las rutinas diarias y dominó la discusión política en todo el mundo. Ahora que la fase aguda de la pandemia llega a su fin, debemos evaluar qué nos reveló sobre la capacidad de los sistemas democráticos para responder ante ese tipo de emergencias.