KIGALI, RUANDA – Algunos han descrito a la crisis COVID-19 como la “gran igualadora”. Al fin y al cabo, ha invadido las economías más ricas del mundo, y el virus ha infectado a algunas de sus figuras públicas más prominentes, que van desde políticos, como el primer ministro británico Boris Johnson, hasta miembros de la realeza de Hollywood, como el actor Tom Hanks. Sin embargo, los países en vías de desarrollo, especialmente los pobres que viven dentro de ellos, siguen siendo mucho más vulnerables que sus homólogos en los países desarrollados, no sólo frente a las consecuencias sanitarias de la pandemia, sino también frente a la inseguridad – y la inestabilidad – derivadas de la respuesta.
KIGALI, RUANDA – Algunos han descrito a la crisis COVID-19 como la “gran igualadora”. Al fin y al cabo, ha invadido las economías más ricas del mundo, y el virus ha infectado a algunas de sus figuras públicas más prominentes, que van desde políticos, como el primer ministro británico Boris Johnson, hasta miembros de la realeza de Hollywood, como el actor Tom Hanks. Sin embargo, los países en vías de desarrollo, especialmente los pobres que viven dentro de ellos, siguen siendo mucho más vulnerables que sus homólogos en los países desarrollados, no sólo frente a las consecuencias sanitarias de la pandemia, sino también frente a la inseguridad – y la inestabilidad – derivadas de la respuesta.